Los Tuneles de Hielo en Esquel son formaciones excepcionales que se dan en la ladera occidental del Cerro La torta, en el límite del Parque Nacional Los Alerces. Se encuentran a 1.900 metros sobre el nivel del mar.
Los Tuneles de Hielo en Esquel están ubicados casi en la cumbre del cerro La Torta, a 50 kilómetros de la ciudad de Esquel. Se forman durante el verano y se derriten hasta desaparecer por efectos del calor.
Los Túneles de Hielo se forman debido a características particulares del hielo en la zona alta de la montaña. Mientras el manto blanco expuesto a la superficie es refractario y puede soportar la exposición al sol, es la temperatura que adquiere el suelo de la montaña lo que va derritiendo la capa de hielo desde “abajo hacia arriba”. Esto genera el “túnel” con techo de hielo.
Cuando no se dan las especiales condiciones climáticas para el surgimiento de los túneles, la excursión puede realizarse como una excelente combinación de trekking y 4×4, que ofrece además vistas fantásticas del Parque Nacional Los Alerces y avistaje de aves (con frecuencia cóndores).
“En invierno, cuando caen las nevadas se acumula mucha nieve, se compacta y se queda dura. En verano, por la ubicación de la montaña, al estar al reparo del sol, la nieve se derrite a la inversa, de dentro hacia afuera. El agua empieza a comer este gran bloque de nieve y se forma un túnel que llega a tener más de 100 metros de longitud”.
Esta excursión solo se puede realizar por agencia. Se realiza un translado a unos 50 kilómetros de la ciudad en donde se encuentra al camino que asciende por las laderas del cerro La Torta. Después de una travesía en 4×4 por un espléndido bosque de lengas. Mediante un sendero que se cruza haciendo trekking, se llega casi hasta la cumbre. Luego de un trekking se arriba al pie de una cascada en cuya base se acumula nieve que es prácticamente eterna. Por estar ubicada al reparo del sol, la nieve se descongela de adentro hacia afuera, lo que permite la formación de túneles.
Al ingresar al túnel se tiene la impresión de estar metido en un freezer gigante. Desde afuera, la entrada se ve como una grieta entre la piedra y la pared de hielo. Apenas ingresamos aparece a la vista un cielorraso curiosamente luminoso.
Cada paso hacia el interior de la formación invita a descubrir algo que se puede apreciar en muy pocos lugares del mundo. La luz que atraviesa el hielo y aparece con trazos azules sobre la cabeza de los visitantes.
Ese cielorraso natural no es plano, sino escamado y cóncavo, con piezas circulares continuas de casi un metro cuadrado de superficie y cordones más oscuros debido a un mayor grosor del hielo.
Además de esos juegos de luces, son llamativos los sonidos interiores, que generan ecos. Los sonidos de las voces se mezclan con el sonido del arroyo Irigoyen, que corre entre las piedras y el de las gotas del lento deshielo de las paredes del túnel.
Las condiciones climáticas que permiten la formación de los Tuneles de Hielo en Esquel se dan casi en exclusividad en enero, aunque en 2018 se concretó en el segundo mes del año.