En el corazón de las Sierras de San Luis, entre las Quebradas del Cebollar y las Higueritas, la naturaleza nos sorprende, nuestros sentidos afloran al encontrarnos en la Mesilla del Cura, con una vista panorámica difícil de describir. Imponentes farallones, revestidos de una intensa vegetación, son el marco ideal para el libre vuelo de los cóndores que anidan en sus cumbres. Allí, majestuoso pero oculto, se encuentra el Salto del Chispiadero, una cascada de unos 70 mts de altura que cae hacia la profundidad de la quebrada.
Por ruta N° 5 nos internamos en la Quebrada de Cautana con sus imponentes paredones rocosos, en un paisaje agreste, para visitar sus pinturas rupestres. Allí podemos apreciar figuras geométricas, animales y petroglifos realizados con la técnica de picoteado continuo.
En el corazón de las Sierras de San Luis, entre las Quebradas del Cebollar y las Higueritas, la naturaleza nos sorprende, nuestros sentidos afloran al encontrarnos en la Mesilla del Cura, con una vista panorámica difícil de describir. Imponentes farallones, revestidos de una intensa vegetación, son el marco ideal para el libre vuelo de los cóndores que anidan en sus cumbres. Allí, majestuoso pero oculto, se encuentra el Salto del Chispiadero, una cascada de unos 70 mts de altura que cae hacia la profundidad de la quebrada.
Acceder a la base no es fácil, el descenso de unos 27 mts por laderas con una marcada pendiente, tiene cierta dificultad pero vale la pena sentir las “chispas de agua” que pegan en la cara.
Una sensación de paz nos invade el alma. Quedarnos sentados y extasiados ante el paisaje, caminar entre las piedras, observar los cóndores, son algunas de las opciones para disfrutar de esta experiencia única, en la inmensidad de la naturaleza. Al atardecer, el regreso hacia la ciudad. Sin palabras o con mucho para contar…